miércoles, 2 de abril de 2014

Las palomas

Símbolo de la paz y de la fidelidad conyugal, estas aves se han convertido en una pasión para cientos de personas. Los cultivadores de la colombofilia dedicados a la cría de las mensajeras están reconocidos internacionalmente como la élite de los criadores.
Ellos conocen de las enfermedades que las atacan y las previenen fundamentalmente manteniendo la higiene de sus jaulas. En Santa Isabel de las Lajas son 37 los asociados y todos cuentan con licencia sanitaria. Las palomas mensajeras viven en casas y solo vuelan en entrenamiento; pertenecen a una raza pura que no debe mezclarse para conservar su valor.
Los colombófilos se quejan de que personas desconocedoras y atraídas por la hermosura de la paloma en ocasiones la agraden para tratar de capturarla, por lo que llegan heridas al palomar víctimas del ataque con piedras. Sin embargo, las palomas mensajeras hacen su aporte social al participar en casos de desastres naturales, procesos electorales y de la defensa, entre otros, con lo que contribuyen a relajar tensiones y llegan a retribuir la pasión de sus cuidadores al extremo de reproducir sus estados de ánimo.
El horario de entrenar es inviolable, su velocidad oscila entre 1000 y 1400 metros por minuto. Disfrutarlas en pleno vuelo, como si danzaran, es un espectáculo cautivador que muchas veces seduce a los palmeros.

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